Devocional Semanal

Dios es Santo. Dios es Amor.

¿Puede Dios ser Santo y amoroso a la vez?

on 16/01/2016

“Nosotros somos el templo del Dios vivo. Si Dios está en nosotros, no tenemos nada que ver con los ídolos. Dios mismo dijo: ‘Viviré con este pueblo, y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.' Por eso, el Señor también dice: ‘Apártense de ellos. No toquen nada impuro, y yo los aceptaré. Yo seré para ustedes como un padre, y ustedes serán para mí como mis hijos y mis hijas. Esto lo afirmo yo, el Dios todopoderoso.”

2 Corintios 6:16-18

Muchas personas dicen que la santidad de Dios le hace juzgarnos continuamente, exigiendo un estándar de moralidad muy alto. Otros dicen que si Dios es amoroso, entonces Él no condenará a nadie y todos iremos al Cielo. ¿Son la santidad y el amor de Dios, extremos opuestos?

La Santidad de Dios

“Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad.” (1 Juan 1:5)

La santidad de Dios, que está representada en este versículo de la Biblia como luz (“...Dios es luz…”), es la naturaleza de Dios. Él es perfectamente bueno, perfectamente justo, perfectamente piadoso, perfectamente fiel, etc. Todas Sus acciones están determinadas por esta pureza que lo separan de todos los demás. “Como santo seré tratado por los que se acercan a mi, y en presencia de todo el pueblo seré honrado.” (Levítico 10:3)

“Santo, Santo, Santo, es el Señor Todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria.” (Isaías 6:3)

La Pureza de Dios

Es en la presencia de la luz santa y pura de Dios donde nos damos cuenta de nuestro pecado. Isaías dijo, “Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros…” (Isaías 6:5) Aun nuestras buenas obras son impuras comparadas con la pureza de la santidad de Dios. (Isaías 64:6, Romanos 3:23) Dios no es cruel al juzgar el pecado: “...Tus ojos son demasiado limpios para contemplar el mal…” (Habacuc 1:13) Sin embargo, la santa misericordia y el amor de Dios, le proporcionaron a Isaías una manera de ser purificado (Isaías 6:6-7) y Dios hace lo mismo por nosotros.

El Amor de Dios es Santo

“Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:7-8)

Los motivos egoístas y el pensamiento errado limitan el amor del ser humano. El amor verdadero no tolera el comportamiento egoísta y dañino. ¡Dios es puro amor! (1 Juan 4:10, 16; 1 Corintios 13:4-7) Él desea la santidad para sus hijos. Él quiere que estemos completamente apartados para Él. ¿Qué padre no desea una vida perfecta para su hijo? Nosotros no tenemos el entendimiento suficiente ni el poder para poder ofrecer una vida perfecta, pero Dios sí. Dios quiere darnos una nueva vida, libre de pecado. (2 Corintios 5:17-21)

La santidad de Dios no limita ni se opone a Su amor; ¡lo define! “En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.” (1 Juan 4:18)

¿Está usted experimentando este amor perfecto y santo?


Ore esta semana:

Dios, por favor, ayúdame a experimentar la realidad de Tu santidad y a entender mi necesidad de Tu amor perfecto. Por favor, purifícame.


¿Cómo puedo, yo, un pecador constante, ser aceptado por un Dios santo y perfecto?

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