Devocional Semanal

Entendiendo la Naturaleza Humilde de Jesús

Entregando nuestro poder y llegando a ser más como Jesús.

on 31/01/2017

"Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano."

Filipenses 2:5-7a

El poder, como el control, puede convertirse en un ídolo en nuestras vidas. El mundo nos dice que seamos poderosos, rápidos, fuertes y que tengamos el control. Aún recientemente, en los Juegos Olímpicos, observamos cómo las personas más físicamente fuertes del mundo, se reúnen para competir unos contra otros, y admiramos y envidiamos el poder que tenían. Aunque hay un tiempo y un lugar para estos actos de fortaleza como los son las competencias deportivas, muchas veces deseamos este poder. Y para alcanzarlo, dependemos de nuestro propio poder lo cual nos quita el enfoque en Dios.

Una de las mejores formas de resistir el deseo malsano de poder en nuestras vidas, es moldear nuestras vidas conforme a la naturaleza humilde de Jesús. Su renuncia al poder, descrito por el Apóstol Pablo en Filipenses, ¡fue una de las cosas más asombrosas que Él hizo!

¿Cómo permanecemos humildes como Jesús? Primero tenemos que entender de qué maneras Jesús fue humilde...

1. Recuerde que Él era Dios, sin embargo, era humilde.

Jesús no era simplemente un hombre bueno ni siquiera un gran hombre. En Mateo 28:18, Jesús dijo: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra". Él era Dios en la carne - El que había existido por toda la eternidad, el gran «YO SOY» (Juan 8:58). Él creó el mundo y lo sostiene. (Hebreos 1:2-3)

2. Él se humilló a sí mismo para hacerse humano.

Toda Su grandeza, la inmortal y la eterna, de alguna manera, fueron comprimidas en un cuerpo humano.

Durante Su tiempo en la tierra, Jesús optó por limitar Su poder. Él sanó a algunos enfermos y realizó muchos milagros. Él tenía todo el poder, sin embargo, vivió Su vida bajo sumisión al Padre. Entonces Jesús explicó: "Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta; solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo". (Juan 5:19)

3. Sepa que Jesús entregó Su vida.

"Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales". (Filipenses 2:7b-8) Los captores de Jesús le golpearon, se burlaron de Él, le azotaron brutalmente y después clavaron sus manos y sus pies en una cruz. Él resistió la tentación de revelarse como el Dios Todopoderoso. Su plan desde el principio fue el dar Su vida por nosotros, porque "No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos" (Juan 15:13).

4. Él fue exaltado.

"Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9-11). ¡Qué gran día será, cuando cada ser humano rinda honor a Jesús como Señor! En la medida que nosotros imitemos la humildad de Jesús, también seremos exaltados: "Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor". (1 Pedro 5:6)


Ore esta semana:

Padre, el deseo de poder es tan fuerte. Ayúdame a admirar cómo Jesús se humilló y a través del poder de Tu Espíritu Santo, poder humillarme tal como Él lo hizo.


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