Parte 10: Jesús es Salvación
Jesús fue el verdadero Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo para siempre.
Juan el Bautista vio que Jesús se le acercaba y dijo: “¡Miren! ¡El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”! (Juan 1:29)
¿Qué quiso decir? En el Antiguo Testamento, Dios le dijo al pueblo de Israel que sacrificara un cordero para pagar por sus pecados. El problema era que después de ser sacrificado el cordero, la gente de Israel continuaba pecando. Así que, aun un cordero puro y sin mancha, ultimadamente, no podría remover su pecado.
Cuando Juan vio a Jesús, él supo que Jesús era el verdadero Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo para siempre.
Todos los que vinieran a Jesús como su Salvador podrían verdaderamente ser perdonados por sus pecados. ¿Cómo era esto posible? Es como si usted debiera $100 y no tuviese dinero para pagar. La penalidad por la falt de pago es la cárcel. De pronto llega alguien que paga la deuda por usted. Esa persona podría hacerlo en una de dos formas. Podría pagar los $100, o podría ir a prisión por usted. En cualquiera de los casos, usted es ahora libre porque alguien ha tomado su lugar.
Eso es lo que hizo Jesucristo.
El pecado conlleva una penalidad - la muerte. Jesús vino a la tierra no solo para ser un buen maestro o el perfecto modelo de amor; Él vino a pagar la penalidad por nuestros pecados. Ya sea que pensemos que nuestros pecados son grandes o pequeños, cada uno de nosotros pecó y merece ser juzgado. Nosotros no merecemos la perfección del cielo para siempre.
Solo Jesucristo merece realmente estar en el cielo para siempre.
Sin embargo, Él voluntariamente eligió venir a morir por nuestros pecados. Él vivió en la tierra y no pecó. Él era pobre, sin embargo, no robó. Él fue abusado, pero no tomó venganza. Él fue humillado, pero Él no odió. Él fue despreciado e ignorado, pero Él respondió en amor. Por cuanto Él pagó esa penalidad, nosotros podemos ser libres.
La salvación es un regalo de Dios.
Usted no puede ganarla. La Biblia establece: “la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor”. (Romanos 6:23) La salvación es un regalo gratuito. Jesucristo es la única respuesta a los pecados de la humanidad.