Parte 12: La Resurrección de Jesús
La historia de la resurrección de Jesús; ¡un milagro!
Luego que Jesús fue crucificado, Su cuerpo fue bajado de la cruz.
"Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que se había convertido en seguidor de Jesús, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato emitió una orden para que se lo entregaran. José tomó el cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue. Tanto María Magdalena como la otra María estaban sentadas frente a la tumba y observaban”.
“Al día siguiente, que era el día de descanso, los principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato. Le dijeron:
—Señor, recordamos lo que dijo una vez ese mentiroso cuando todavía estaba con vida: “Luego de tres días resucitaré de los muertos”. Por lo tanto, le pedimos que selle la tumba hasta el tercer día. Eso impedirá que sus discípulos vayan y roben su cuerpo, y luego le digan a todo el mundo que él resucitó de los muertos. Si eso sucede, estaremos peor que al principio”.
Pilato les respondió: “Tomen guardias y aseguren la tumba lo mejor que puedan. Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para que la protegieran". (Mateo 27:57-66)
"El domingo por la mañana temprano, cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba. ¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.
Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman! —dijo—. Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo. Y ahora, vayan rápidamente y cuéntenles a sus discípulos que ha resucitado y que va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. Recuerden lo que les he dicho».
Las mujeres se fueron a toda prisa. Estaban asustadas pero a la vez llenas de gran alegría, y se apresuraron para dar el mensaje del ángel a los discípulos. Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron. Entonces Jesús les dijo: «¡No teman! Digan a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán»." (Mateo 28:1-10)
Las mujeres corrieron a decirle a Sus discípulos que Jesucristo había resucitado tal y como Él había dicho que sucedería. Esta gran noticia estaba ahora clara para Sus discípulos; ¡Jesús estaba vivo! Cuando Jesús se apareció a Sus discípulos, ellos se alegraron mucho. El apóstol Pablo dijo, "Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras. Lo vio Pedro y luego lo vieron los Doce. Más tarde, lo vieron más de quinientos de sus seguidores a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos ya han muerto. Luego lo vio Santiago, y después lo vieron todos los apóstoles. Por último, como si hubiera nacido en un tiempo que no me correspondía, también lo vi yo". (1 Corintios 15:3-8)
Jesús fue visto por mucha gente durante las seis semanas después de Su resurrección.
"Durante los cuarenta días después de que sufrió y murió, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que él realmente estaba vivo. Y les habló del reino de Dios. Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes. Juan bautizaba con agua, pero en unos cuantos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo».
Así que mientras los apóstoles estaban con Jesús, le preguntaron con insistencia:
—Señor, ¿ha llegado ya el tiempo de que liberes a Israel y restaures nuestro reino?
Él les contestó: —Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
Después de decir esto, Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo.
Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea —les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!»" (Hechos 1:3-11)