Un nuevo año está comenzando y mientras en otras partes del mundo el árbol de Navidad está siendo guardado o tirado, muchas familias Hispanas tienen una celebración adicional; la "llegada" de los "Tres Reyes Magos", la Epifanía. Mientras ellos se preparan para esto, pausemos un momento y consideremos la idea de dar y recibir regalos.

Antes de intercambiar regalos durante las fiestas de cumpleaños o cualesquiera otras celebraciones, pasamos tiempo seleccionando ese regalo especial que hará feliz a otros, especialmente los niños. La noche antes de la celebración de los "Tres Reyes Magos", los chicos escogen la mejor hierba que encuentran y la mejor vasija con el agua más fresca para "los camellos" esperando ansiosamente los regalos que recibirán prontamente. A la mañana siguiente, se levantan bien tempranito y saltan y brincan de la alegría cuando ven los regalos. Dios hizo lo mismo por nosotros cuando Él preparó todo para que recibamos a Su Hijo como la vía para darnos Su regalo; vida eterna con Él.

No Hay Nada que podamos Hacer para Ganarnos Su Regalo

¿Ha notado usted cómo cuando la temporada de la Navidad se acerca, los niños se esfuerzan por portarse bien y ganarse los regalos que tanto desean? Ellos saben que si no tienen buenas calificaciones en la escuela o ayudan en la casa o se portan bien con la familia, a lo mejor no tienen las posibilidades de recibir buenos regalos. Ellos saben que se tienen que ganar los regalos. En cambio, cuando nosotros los adultos recibimos un regalo inesperado, queremos darle algo a cambio a la persona porque sabemos que no hemos hecho nada para merecernos ese gesto amoroso hacia nosotros.

Contrario a las expectativas de este mundo o al comportamiento humano, nosotros no tenemos que hacer eso por nuestro Salvador. Jesús pagó el precio más alto por nosotros y la Biblia nos dice que Dios nos ama tanto que no hay absolutamente nada que podamos hacer de nuestra parte para ganarnos ese regalos gratis que Él nos ofrece, ni hacer nada a cambio por Él. Dios envió a Su Hijo para que podamos estar con Él por toda la eternidad. Nosotros simplemente tenemos que aceptar Su regalo (vea Juan 3:16).

¿Cómo puede Usted dar Gracias a Dios por Su regalo?

Usted no puede ganarse Su regalo pero sí puede darle las gracias amándole "con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas." (Deuteronomio 6:5)

Usted no tiene "ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo" (Efesios 2:8b-9) pero sí puede agradecerle "haciendo las cosas buenas que (Él) preparó para nosotros tiempo atrás." (Efesios 2:10b)

Usted no puede hacer nada a cambio para ganarse y/o merecer Su regalo pero sí puede agradecérselo confiando "en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar." (Proverbios 3:5-6)

Usted no puede darle nada a cambio por Su regalo, de ninguna manera, forma o tipo, pero sí puede darle las gracias permaneciendo en Él, "Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí." (Juan 15:4)

¿Hay algo que Usted pueda Ofrecerle a Dios?

El Señor "quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad." (1 Timoteo 2:4) Una vez usted haya aceptado a Su Hijo Jesucristo como su Señor y Salvador, usted inmediatamente recibe Su regalo el cual incluye muchos otros también; usted se convierte en Su hijo, Él le da Su Espíritu Santo para ayudarle y guiarle, y Él revela Su plan perfecto para su vida. Esos solo son tres de entre las muchas bendiciones que Él tiene para usted.

Al igual que los Tres Reyes Magos, que cada uno presentó su mejor regalo a Jesús, y tal como Dios nos dio Su mejor regalo; la Salvación a través de Su Hijo, ¿que tal si nosotros le ofrecemos nuestros mejores regalos a Jesús?

Usted puede ofrecerle sus más poderosos y mejores regalos a Él;

• Ofrézcale su corazón y su mente para que no tenga que imitar "las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta." (Romanos 12:2)
• Dedique su vida a Él de tal manera "que Dios considere digna" (1 Tesalonicenses 2:12a), y
• Pídale a Dios que le "dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual. Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto, irán creciendo a medida que aprendan a conocer a Dios más y más." (Colosenses 1:9b-10)

Comience este año dedicándose a lo que verdaderamente le traerá la felicidad, la paz, y satisfacción que solo Dios, a través de Su Hijo Jesucristo, le puede dar. Nada más importa. ¿Puede usted imaginarse cómo puede cambiar su vida si usted mismo se desafía a entender cuánto le ama Dios?