Todas las personas anhelan dirección y propósito en la vida. Como cristianos, nosotros podemos pedirle al Señor que nos guíe; no tenemos que vivir sin un propósito. ¿De qué forma Dios nos guía a hacer Su voluntad? ¿Cómo debemos escuchar Su dirección para nuestras vidas?

Tome un tiempo en silencio con Dios y examine sus deseos personales

Escuchar la dirección de Dios empieza en nuestra mente y corazón. La Biblia nos recuerda “estar quietos” (Salmo 46:10) mientras escuchamos Su guía y a ser “ transformados mediante la renovación de su mente” (Romanos 12:2). Las Escrituras están llenas de oraciones que usted puede usar para pedirle a Dios que le ayude a enfocarse en Él, tales como: “¡Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos!” (Salmo 139:23) Verdaderamente, busque al Señor y pídale a “nuestro generoso Dios” (Santiago 1:5) que alinee sus pensamientos con los deseos que Él tiene para usted.

Hágase esta pregunta: ¿Pensaría Jesús de esta forma?

Es más fácil escuchar a Dios cuando sus pensamientos se alínean con los pensamientos de Él. Es importante dejar que Dios gobierna sus pensamientos. Jesús dijo, “Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice” (Mateo 12:34). También debemos dejar que Dios gobierne nuestro hablar, porque “La lengua puede traer vida o muerte” (Proverbios 18:21). Otra vez podemos buscar en la Biblia y encontrar ejemplos de oraciones que le piden a Dios que guíe lo que decimos: “Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor (Salmo 19:14). Busque la guía de Dios cuando vaya a hablar; piense cuidadosamente antes de hablar, asegurándose que cada idea esté alineada con las enseñanzas de Dios.

Deje que la Palabra de Dios le guíe

¡Pensar y hablar la Palabra de Dios nos ayuda a vivirla! La Biblia promete que usted puede “buscar su voluntad en todo lo que hagas” (Proverbios 3:6) y depender de Él para que guíe su camino. Mientras busca la guía de Dios para sus acciones, ore a Dios repitiendo las palabras que encontramos en los Salmos: “Guíame por el camino correcto, oh Señor,” (Salmos 5:8); “Enséñame tus caminos, oh Señor” (Salmos 86:11); “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios!” (Salmo 143:10). ¡Dios puede edificar su vida de forma tal que el depender de la guía de Dios se convierta en su segunda naturaleza!