1. Recibiremos Cuerpos Celestiales

En el Cielo, nosotros tendremos cuerpos nuevos. Cuando Cristo regrese, nuestros cuerpos resucitarán (Juan 5:28-29). En esos cuerpos glorificados, libres de pecado y egoísmo, viviremos eternamente con Dios en el Cielo.

2. Dios Creará un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva

Así como nuestros cuerpos serán hechos nuevos, así también la Tierra. Aunque ahora la Tierra está sufriendo las consecuencias del pecado, Pablo nos dice que: “la creación espera el día en que se unirá junto con los hijos de Dios a la gloriosa libertad de la muerte y la descomposición.” (Romanos 8:21)

Apocalipsis 21:1 dice: “Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y también el mar.” Esto sucederá en algún momento en el futuro. El Cielo y la Tierra serán uno, y el Reino Eterno de Dios se establecerá en una Tierra nueva y pura. Este es el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva que anhelamos.

3. Veremos a Dios en el Cielo

Lo mejor del Cielo es que es el lugar donde habita Dios. Apocalipsis 21:3 dice: “Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos.” El pecado que nos impedía ver a Dios y seguir con vida (Éxodo 33:20) ya no existirá, y estaremos admirando al Ser más maravilloso y hermoso que existe.

4. No Habrá Dolor ni Tristeza en el Cielo

Mientras estamos en la Tierra, experimentamos dolor y tristeza. ¡Las buenas nuevas es que, después que lleguemos al Cielo, nunca más experimentaremos dolor! Apocalipsis 21:4 dice: “Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más.”

5. Existe un Cielo “Temporal”

Los cristianos que mueran antes de que Dios cree un Cielo nuevo y una Tierra nueva, entrarán a la presencia de Dios. El apóstol Pablo, en 2 Corintios 5:8 dice: “Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor.”