Devocional Semanal

Comienza Tu Día con un Corazón Agradecido

¿Se acuerda usted de agradecerle a Jesús luego que Él le ha bendecido?

on 28/11/2015

“Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho… Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve?...» Lucas 17:16-17a

Un día, Jesús sanó a diez leprosos. Y aun siendo tan generoso y amoroso como nuestro Salvador es, Él notó que solo uno de los leprosos le dió las gracias. ¿Se le olvida a usted darle gracias a Dios?

No Olvide lo que Jesús ha hecho por Usted

A veces oramos por meses o años pidiéndole al Padre por un trabajo, un hogar, o un hijo(a). Año tras año, Elizabet, la prima de María, añoraba ser madre. La bendicion le llegó finalmente y Dios le dió a su hijo, Juan el Bautista. Zacarías, el esposo de Elizabet, alabó a Dios y le dió gracias en esta oración: “Alaben al Señor, el Dios de Israel...Y tú, mi pequeño hijo serás llamado profeta del Altísimo, porque prepararás el camino para el Señor.” (Lucas 1:68,76)

Después que recibimos una bendición, nos podemos entusiasmar tanto con el regalo que olvidamos darle gracias a Dios por ello, tal y como lo hicieron los nueve leprosos. Pero “Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: ¡Alaben a Dios!” (Lucas 17:15) Aparte tiempo todos los días y piense en todas las cosas que Dios ha hecho por usted. Luego, diríjase a Él y dele las gracias.

¿Cómo comienza usted su día?

Yo quiero comenzar y terminar cada día con apreciación y agradecimiento a nuestro Señor Jesús. Efesios 5:20 nos dice “...den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”

¿Incluye usted la alabanza en su oración de agradecimiento?

Cuando Dios hace cosas asombrosas, ésto nos recuerda lo grandioso que Él es. Es entonces cuando debemos adoptar una actitud de acción de gracias y podemos alabarle en nuestro agradecimiento. Un gran ejemplo de oración de alabanza y acción de gracias es la canción de alabanza de María. Ella, siendo una mujer común y corriente, fue despreciada por muchos cuando llevaba a Jesús en su vientre. Y aunque su situación no era común, María alabó y le dió gracias a Dios diciendo: “Oh, cuánto alaba mi alma al Señor. ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador! Pues se fijó en su humilde sierva, y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendecida. Pues el Poderoso es santo y ha hecho grandes cosas por mí.” (Lucas 1:46-49)


Ore esta semana:

Padre, ayúdame a apreciar todo cuanto haces por mí. Dame un corazón bondadoso y agradecido.


¿Oró usted a Dios agradeciéndole por haber contestado su última oración?

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