Devocional Semanal

Cómo Manejar Tiempos Difíciles

Dios tiene el control de lo que nos sucede.

Cómo Manejar Tiempos Difíciles
on 25/09/2018

Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que Él tiene para ellos.

Romanos 8:28

Romanos 8:28 tiene que ser uno de los pasajes más impresionantes de la Biblia. Éste aborda el simple hecho de que Dios siempre tiene un propósito mayor para nuestra vida. Uno de los ejemplos más vívidos de esto es la historia de José en el libro de Génesis. José nunca podría haber imaginado lo que Dios quería hacer a través de él. Lo asombroso de esta historia es que nada puede impedir que Dios logre lo que Él quiere hacer en la vida de una persona.

La historia comienza con un sueño de José que predecía que sus hermanos algún día se inclinarían ante él. Sus hermanos estaban tan enojados que decidieron encontrar la manera de matarle. Entonces, se les ocurrió un plan y le arrojaron a un hoyo en la tierra para que muriera. Un animal salvaje probablemente le encontraría en ese pozo profundo y le mataría, o simplemente moriría de hambre.

Entonces, ¿cómo cumplió realmente Dios sus propósitos con José cuando estaba en un hoyo en la tierra?

Bueno, casualmente una caravana de esclavos llegó en el momento justo y sus hermanos decidieron venderle como esclavo por dinero. Esto alivió sus conciencias por no tener que matarle. La caravana pudo haber pasado un día antes o un día después, pero llegó en el momento exacto. Esto se llama la "providencia de Dios". La palabra "providencia" proviene de dos palabras: "pro" (antes) y "videre" (ver) y simplemente significa ver antes, y en el caso de Dios, ver antes y planificar de acuerdo a ello. ¡Esto es genial! Dios realmente usó la avaricia de los hermanos de José para salvarle.

Cuando José llegó a Egipto, fue vendido a un hombre llamado Potifar que vio en José un hombre valioso. Potifar era muy influyente y sirvió como jefe del ejército del Faraón. Entonces, trajo a José a su casa y le puso a cargo. Sin embargo, la esposa de Potifar deseó con lujuria a José y cuando este huyó de sus intentos de seducirlo, fue falsamente acusado y encarcelado. Usted se podrá imaginar cómo se sentía José en este momento. Él había hecho todo bien, pero todo estaba saliendo mal. Sin embargo, lo que José no sabía era el mayor propósito que Dios tenía para su vida, y eso es lo importante en esta historia.

La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿Por qué Dios hizo que José pasara por todo esto?

Mientras estaba en la cárcel, el panadero y el mayordomo del rey fueron encarcelados con José y cada uno tuvo un sueño que José interpretó. Las cosas sucedieron tal y como José les había dicho. Después, el mayordomo fue devuelto a Faraón y poco después el Faraón tuvo un sueño de Dios. El mayordomo le dijo al Faraón acerca de José, quién interpretó el sueño de Faraón, y en un día José fue exaltado de prisionero a ser el señor de toda la tierra después de Faraón. ¡Solo Dios podía haber hecho esto!

Entonces, ¿cuál era el propósito de Dios en todo esto?

El sueño del Faraón decía que habría siete años de abundancia y siete años de hambruna. Entonces, durante los primeros siete años, necesitaron acumular alimentos, y el Faraón quiso que José supervisara la operación. Cuando llegaron los años de hambruna, esto afectó a la familia de José y ellos fueron a Egipto a comprar grano. Sin embargo, nunca imaginaron que José estaría a cargo. Cuando llegaron, no le reconocieron, pero él sí les reconoció. Al final, Dios usó todos estos acontecimientos para traer a la familia de José a Egipto, donde fueron protegidos por Faraón y comenzaron a multiplicarse y convertirse en la poderosa nación que Dios le había prometido a Abraham. Al final de la historia, José muestra su identidad a sus hermanos y les hizo dos declaraciones notables. Primero, dijo: "Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas." (Génesis 50:20) En segundo lugar, dijo: "...fue Dios quien me envió a este lugar, ¡y no ustedes!" (Génesis 45:8) José no quería que sus hermanos se llevaran el crédito por algo que Dios había hecho. Ahora, José podía ver el propósito mayor de Dios para su vida y por qué Dios permitió que sucedieran todas las demás cosas aparentemente desafortunadas, en su vida.

¿Y cómo puedo aplicar esto a mi vida personal?

Piense en cómo puede aplicar la historia de José a su vida. El peor pecado que los hermanos de José cometieron contra él, en realidad se convirtió en su salvación. De la misma manera, el mayor pecado que el hombre podría cometer contra Dios fue clavar a su Hijo, el Señor Jesucristo, en una cruz. Sin embargo, fue ese acto horrible y pecaminoso el que se convirtió en la fuente misma de su salvación. ¿Por qué? Era el propósito de Dios para su Hijo vivir una vida perfecta y luego morir en una cruz para que cada uno de nosotros pudiera ser salvado. Pedro lo expresó de esta manera en su sermón de Pentecostés: "Este (Jesús de Nazaret) fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y, por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz." (Hechos 2:23 NVI)

La lección de todo esto es simplemente que a medida que aprendemos a confiar en Dios, Él siempre estará aplicando Su perfecta voluntad de maneras que quizás nunca entendamos. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, y cómo Él logra Sus propósitos en nuestra vida no siempre será evidente para nosotros. Sin embargo, podemos confiar en Su providencia, en Su cuidado y en Su bondad en nuestra vida.


Ore esta semana:

Padre, por favor, ayúdame a entender que tu eres mucho más grande que yo y que es perfectamente bien el yo poner mi vida en tus manos.


¿Estamos verdaderamente dispuestos a confiar nuestra vida en las manos de Dios para que Él pueda realizar Sus mayores propósitos a través de nosotros?

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