Compartir a Cristo en Cada Oportunidad
Uno de los mayores consuelos de ser un cristiano es que podemos confiar en la Palabra de Dios.
“Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.” (Juan 14:3)
Jesús prometió que regresaría por Sus seguidores y “Su reino no tendría fin.” (Lucas 1:33b). Nosotros podemos compartir este consuelo con otros, interesándonos por ellos, así como Jesús se interesó por aquellos que estaban a su alrededor, y ayudándoles a prepararse para Su regreso. Podemos mostrar nuestro interés por ellos hablándoles de Jesús en cada oportunidad que se presente para que puedan compartir también, una eternidad gozosa con el Señor.
Nunca Solos
Aunque Jesús no está físicamente con nosotros, podemos experimentar la mano de Dios en nuestras vidas. Una de las razones es porque Jesús prometió que su Espíritu Santo estaría con Sus seguidores, que Él “no nos iba a dejar huérfanos, sino que vendría a nosotros.” (Juan 14:18). Junto con Su promesa, también nos instruyó: “Si me aman, obedezcan mis mandamientos.” (Juan 14:15). En sus últimos escritos, el apóstol Juan también escribió acerca del compañerismo con Jesús y la obediencia a Sus mandatos: “Pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre”(1 Juan 2:1b), y “podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos.” (1 Juan 2:3)
Debemos Interesarnos por los Demás
¿Qué pasa si la gente no obedece y no se preocupa por los demás como Jesús nos instruyó que hiciéramos? La Biblia dice que “todas las naciones se reunirán en su presencia, y él separará a la gente como un pastor separa a las ovejas de las cabras.” (Mateo 25:32). Él dará amorosas palabras de bendición a las “ovejas” justas que sí se interesaron por otros. Pero, Él dirá: “Apártense de mí, malditos” (Mateo 25:41) a aquellos que ignoraron las necesidades de otros. Los cristianos pueden interesarse por un no creyente como si éste fuera un niño, compartiéndole las Buenas Nuevas de Dios. Con el Espíritu Santo guiándonos, nosotros podemos dirigir a otros, como Jesús enseñó: “Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños”. (Lucas 18:16)
ORAR, INTERESARSE POR OTROS Y COMPARTIR A JESÚS
Pasaje Bíblico: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones…” (Mateo 28:19a)
Jesús le dio a Sus discípulos la Gran Comisión de compartir el evangelio con todo el mundo (Mateo 28:19-20) justo antes de subir al cielo. Hoy, sólo cerca de dos mil millones de los siete mil millones de habitantes de la tierra se dicen llamar discípulos de Jesús o cristianos. La tarea de llevar el evangelio todavía es grande. Cuando usted acepta personalmente el desafío de compartir diariamente el evangelio, usted está ayudando a darle a cada persona en el mundo múltiples oportunidades para recibir a Jesús como su Salvador personal.
Muchos de ustedes tienen el don de la evangelización, de persona a persona. Es decir, pueden compartir con facilidad, diariamente, el mensaje del evangelio a los perdidos. En esta sección quiero animarles a compartir el evangelio de Jesús diariamente.
Yo alabo a Dios por usted si es parte del 4% del mundo que está usando su don de evangelismo cada día. Puede ser que usted sea parte de ese 96% que no está evangelizando bien sea porque tiene miedo de hablar con desconocidos acerca de su fe en Cristo, no sabe cómo compartir su fe, no tiene el don del evangelismo personal o alguna otra razón. Si es parte de ese grupo, le animo a que le pida a Dios que le guíe y le ayude a ser valiente para compartir su fe.
Donde quiera que se encuentre en su jornada para compartir su fe, le animo a caminar expectante, sabiendo que Dios puede y quiere usarle a USTED. Revise la Sección 6 de la Guía Para el Nuevo Creyente para aprender cómo compartir el evangelio.
La semana próxima le mostraremos cómo todo cristiano, ya sea que tenga 3 años o 103, puede compartir su fe en Jesús.
Ore esta semana:
Agradeciéndole a Dios porque podemos confiar en Su palabra