¡La frase “tu conducta dice más que tus palabras” no se encuentra en la Biblia pero es verdad! Usted puede hablarle a su familia y amigos acerca de Dios pero hasta que ellos no vean la diferencia que Cristo hace en su vida, no le escucharán. El pasaje de hoy está dirigido a las mujeres que tienen esposos no cristianos, pero también se aplica a cada uno de nosotros. Nosotros podemos demostrar el amor de Dios a nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo que rechazan a Jesús. Veamos cómo podemos hacerlo:

Viva Por el Espíritu

Como seguidores de Jesús, el Espíritu Santo vive en nosotros. Este nos da poder para vivir vidas justas. “Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” (Gálatas 5:16) El ser guiado por el Espíritu es la única manera de salir victoriosos sobre el pecado y vivir una vida que demuestre la grandeza de Dios a todos los que le rodean.

También, “la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!” (Gálatas 5:22-23) Puede que los miembros de su familia que rechazan a Jesús no crean el mensaje del evangelio, pero cuando ellos ven el fruto del Espíritu en su vida, es difícil para ellos negar que Dios está haciendo algo en usted. Sea Humilde

La forma más rápida de alejar a las personas de Dios es actuar como si usted es mejor que ellos. Como dice el pasaje de hoy, viva de forma “respetuosa y pura.” Si usted ha ofendido a un familiar o un amigo, humíllese y pídales perdón. Si alguien nota cambios en su vida, no se atribuya el crédito, ¡comparta su testimonio! Déjeles saber que Dios es el que está obrando en usted y a través de usted.

Demuestre la Gracia de Dios

Es muy fácil ser amable con aquellos que son amables con usted. Pero Jesús dijo en Mateo 5:44, “Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen!” Idealmente, los miembros de su familia no son sus enemigos, pero ellos podrían perseguirle. Cuando usted responde a sus insultos o conducta desagradable mostrándoles amor y perdón, usted les está dando a probar la gracia de Dios que usted ha recibido. Quizás esto justamente sea lo que Dios use para acercarlos a Él para que sean salvos.