Continuando las celebraciones Navideñas, recordemos que Jesús no solo vino en este tiempo; ¡Él siempre está con nosotros!

Una matemático calculó que la probabilidad de que ocho predicciones sobre la venida de Cristo se cumplieran era de uno en diez “cuatrillones” (10,000,000,000,000,000).

¿Por qué Dios recurrió a esfuerzos tan dramáticos para probarse a Sí mismo?

Él lo hizo para hacernos hijos de Dios

Dios nació como un niño para que todos aquellos que creyeran en Él llegaran a ser hijos de Dios. (Juan 1:12) Él “hizo la paz por medio de la sangre de Su cruz…” (Colosenses 1:19-20) La única manera en que Él, como Dios eterno, podría morir, era tomando forma humana como nosotros. Esto nos demostró que Él “no se avergüenza de llamarlos (nos) sus hermanos…” (Hebreos 2:10-15) Esto es una razón por la cual la celebración de lo que tenemos en común (comunión) con Él, es tan significativo. (1 Corintios 10:16)

Él lo hizo para “Explicarse a Sí mismo”

El hacerse humano fue la manera en que Dios se simplificó a sí mismo para nosotros. Sin el sacrificio de Jesús, nadie era digno de estar en la presencia de Dios; “..pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios.” (Juan 1:18)

Él lo hizo para que pudiéramos permanecer y continuar Su obra

Él quería que estuviésemos completamente convencidos. “Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:5) Jesús dijo, “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.” (Juan 20:21) Mientras Jesús estaba orando fervientemente antes de ser arrestado, Él pidió que Sus seguidores “...estén conmigo donde Yo estoy para que vean Mi gloria…” (Juan 17:24) ¿Por qué no estamos con Él en Su gloria? Porque estamos en este mundo para continuar el ministerio público de Jesús: “Dios hace Su llamado de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando le rogamos: “¡Vuelvan a Dios!” (2 Corintios 5:20)