“¡Oh Señor Soberano! Hiciste los cielos y la tierra con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. ¡Nada es demasiado difícil para ti!”
No se asuste cuando vea una palabra sofisticada como “Omnipotente”. Simplemente significa que Dios tiene todo (omni) el poder (potente).
¡El poder de Dios está en todo lo que nos rodea! Su poder se ha revelado de muchas formas. Veamos aquí tres de esas formas que la Biblia nos describe:
1. El Poder de Dios en la Creación
Los antiguos profetas alabaron a Dios por crear “los cielos y la tierra” (Jeremías 32:17). El Rey David escribió, “Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos.” (Salmos 19:1)
Nuestro entendimiento de los “cielos” ha cambiado con el paso del tiempo. Hoy en día sabemos que hay muchas galaxias con muchas estrellas, separadas por grandes distancias. Mientras más conocemos sobre el universo y todo lo que hay en él, más podemos alabar a Dios por Su gran poder.
2. El Poder de Dios en la Resurrección y la Redención
“Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos.” (Filipenses 3:10)
Jesús fue torturado y asesinado por los romanos y los líderes judíos. Sin embargo, la tumba no Le pudo retener; el sello romano sobre la roca no Le pudo contener. Tal como Él mismo lo había predicho, el gran poder de Dios resucitó a Jesús a la vida. Nosotros, los que seguimos a Cristo, no debemos tener miedo porque Dios tiene la última palabra, incluso sobre la muerte. “Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?” (1 Corintios 15:55)
3. El Poder de Dios cuando Cristo regrese
“Entonces todos verán al Hijo del Hombre venir en las nubes con gran poder y gloria.” (Marcos 13:26) Hoy en día, muchas personas no quieren aceptar a Jesús. El día llegará cuando todo ojo Le verá. ¿Cuál será el resultado? “Para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11)
Si usted ya ha reconocido a Jesús como su Salvador, sienta consuelo y regocíjese sabiendo que usted está protegido por el mismo poder que creó los cielos y levantó a Jesús de la muerte. Si usted aún no ha tomado esa decisión, no espere más. Toda persona se inclinará en adoración a Dios. ¿Se inclinará usted delante de Dios dando voces de alegría, o con lágrimas de arrepentimiento?
Ore esta semana:
Señor, estoy maravillado de Tu gran poder. Ayúdame a ver más de Tu grandeza y a estar cada día, más asombrado de Ti.