La Vida es Injusta

El pecado en nuestro mundo hace que sea difícil entender al mundo como Dios quisiera que sea. Cosas malas les suceden a “buenas personas” y las “buenas personas” a veces permiten, o incluso hacen, cosas malas. “Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Es tan fácil pecar. ¿Por qué la vida no es más fácil? Usted se debe preguntar. ¿Por qué Dios haría un mundo en donde cosas horribles pasan? Tal vez usted se sienta muy enojado con Él. Pero la injusticia existe por el pecado, Dios creó a las personas “para Su Gloria” (Isaías 43:10).

Dios es Justo

El Señor dijo: “Yo amo la justicia” (Isaías 61:8), pero Él aborrece el pecado. No podemos esperar entender a Dios, ni tampoco nuestro lugar en el mundo, si no podemos entender que Él es justo, santo y lleno de amor. Las cosas malas suceden, sin embargo, “Dios no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9). El propósito del Creador era ”que las naciones buscaran a Dios” (Hechos 17:27a). Después que el pecado entró en el mundo, Él reveló parte de Su plan, enseñándonos a obedecer: “(La Ley) fue añadida a la promesa para mostrarle a la gente sus pecados” (Gálatas 3:19). Las personas no pueden ser justificadas solamente por la Ley, sino por fe: “Así que la ley vino a ser nuestra guía encargada de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe” (Gálatas 3:24).

Confíe en Él, No en el Mundo

Dios nos envió a Jesús para restaurar el balance entre la justicia y el amor. La muerte injustificada de Jesucristo, el hijo de Dios justo, pagó el castigo de los pecados de todos nosotros (personas injustas). “Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en Aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor.” (Romanos 4:24). Es por eso que confiamos en el Señor como nuestro Salvador – Él pagó el precio; nosotros simplemente aceptamos el regalo por fe. El mundo nos dice que debemos estar enojados con el Creador que permite que cosas malas nos sucedan, pero Dios dio todo (en la muerte de Su Hijo, Jesús) para mostrarnos Su amor y justicia.

ORAR, INTERESARSE POR OTROS Y COMPARTIR A JESÚS

Cita Bíblica: Romanos 8:28

La Biblia nos dice que Dios obra TODAS las cosas para el bien de quienes lo aman (Romanos 8:28). Pero, en realidad, vemos que aún las personas a las que consideramos “buenas personas”, basados en nuestros estándares humanos, les suceden cosas malas:

• Un accidente trágico.
• La pérdida del trabajo.
• Muerte inesperada/injusta.
• Traición en una relación
• Un robo

¡Esta lista podría seguir!

Estas son situaciones difíciles para cualquiera. Algunos de nosotros nos enojamos con Dios porque Él permite que cosas malas sucedan. Nos sentimos defraudados por Dios. Este sentimiento es real, aún los seguidores que están comprometidos con Jesús enfrentan este tipo de cargas.

Nuestro Salvador, Jesucristo, entiende. Antes de que Él fuese falsamente acusado, condenado, torturado y muriese en la cruz para pagar por nuestros pecados, Él oró tres veces para que esa copa pueda ser quitada de Él. (Mateo 26:36-44). Aún en la cruz, Jesús sintió que el Padre lo había abandonado. Mi amigo, algo parecido pudo haber ocurrido en su vida. Tal vez usted se encuentre enojado con Dios o le esté culpando a Él por algo que ha pasado. AHORA es el tiempo de volverse a Dios y saber que Él no le ha dejado. Le animo a que se pare firme por fe en la promesa de Dios de obrar todas las cosas para su bien (Romanos 8:28).

Sus sentimientos en contra de Dios solamente traen la separación entre usted y Él. Solamente le lastiman a usted y su caminar con Dios y el camino que Él tiene para su vida, es decir, de vivir como Jesús lo hizo. Querido amigo, arrepiéntase y pida perdón. Ore para que cualquier persona que oiga este mensaje le pida a Dios que su corazón vuelva a Él.

¿A quiénes se les llama buenas personas? ¿Es usted una buena persona? Haga clic aquí para saber lo que en verdad significa “ser buena persona” y aprenda por qué cosas malas les sucede a buenas personas.

• Pídale a Dios que bendiga a las personas y a los lugares a donde usted vaya;
• Desarrolle relaciones con personas que necesiten a Jesús en sus vidas;
• Interésese por aquellas personas a su alrededor que tienen alguna necesidad y
• Comparta a Cristo con ellos siguiendo la dirección del Espíritu Santo.