Devocional Semanal

La Biblia: Nuestro Mayor Tesoro

Cómo la Palabra de Dios nos Transforma

on 09/05/2017

He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.

Salmo 119:11

La Biblia es diferente a cualquier otro libro. Fue escrita por 40 autores escogidos por Dios, durante un periodo de alrededor de 1,500 años. A pesar de eso, manifiesta una unidad y una consistencia extraordinaria.

Por muchos años la mayoría de las personas ni siquiera tenían la Biblia en su propio idioma (e incluso hoy algunos no la tienen). Así que poder leer la Biblia es un raro tesoro y de valor incalculable.

Entonces, ¿De Qué Se Trata la Biblia?

En el Antiguo Testamento vemos a Dios creando el universo y colocando al ser humano en la tierra. Vemos la tragedia de la caída de Adán y el nacimiento de la nación de Israel. Vemos el fracaso de Israel en seguir fielmente a Dios y aceptar cuánto necesitaba un Redentor.

En los Evangelios y en Hechos, llega ese Redentor - vemos y escuchamos lo que el Señor Jesús hizo aquí en la tierra y aprendemos el camino a la salvación. Nace la Iglesia y el Evangelio se extiende.

En las Epístolas, recibimos instrucciones claras para vivir como seguidores de Cristo y como parte de Su cuerpo.

En Apocalipsis vemos cómo Dios pondrá fin a la historia. Anticipamos con anhelo la redención final que Jesús traerá a Su pueblo, y el comienzo de una eternidad gloriosa en la presencia de Dios.

Desde el principio hasta el final, el tema de toda la Biblia es Jesús. Como Jesús dijo en Hebreos 10:7, “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad como está escrito acerca de mí en las Escrituras”.

El conocer todo esto debe estimularnos a pasar más tiempo leyendo la Biblia. No debemos ir a ella en forma casual, como si fuera una novela o una revista. Nos acercamos a la Palabra de Dios con propósito, teniendo en mente estos principios:

1. Lea la Biblia Regularmente

Tal como necesitamos comer diariamente para alimentar nuestros cuerpos físicos, el leer la Biblia cada día es el alimento para nuestras vidas espirituales.

En Juan 15:5, Jesús dijo: “Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada”.

¿Cómo vivimos una vida fructífera? Manteniéndonos unidos a Jesús. Y nos mantenemos unidos a Jesús mediante la oración y leyendo Su Palabra.

2. Léala por Obediencia y para obtener Dirección

¡No leemos la Biblia solo para adquirir información, sino para mucho más! La leemos para ver cómo Dios está dirigiéndonos a vivir la vida cristiana. El Salmo 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino”.

Deberíamos tener la actitud del joven Samuel cuando fue llamado por Dios por primera vez: “Samuel respondió: ‘Habla, que tu siervo escucha’ [¿Qué quieres que yo haga?]”. (1 Samuel 3:10)

Cuando usted lea la Biblia, busque promesas a las cuáles se puede aferrar; mandamientos a seguir; y pecados o actitudes de las cuales alejarse - todo en el poder del Espíritu Santo.

3. Recuerde lo que ha leído

Es difícil para nosotros recordar todo lo que leemos. Simplemente mirar algo una sola vez usualmente no hace que permanezca en nuestra mente.

Así que cuando usted abra la Biblia, es bueno usar un cuaderno o un diario. Cuando usted vea algo importante o sienta que Dios le está diciendo algo, escríbalo. Si usted desea responder en oración a la Palabra de Dios, eso también lo puede escribir.

Incluso si usted no tiene un cuaderno, usted puede resaltar o subrayar los versículos en su Biblia.

Cualquiera de estas prácticas le hará más fácil regresar y meditar en las cosas que Dios le está mostrando de Su Palabra.

Hebreos 4:12 nos dice: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos”.

Es un gran privilegio tener la santa Palabra de Dios revelada a nosotros, y permitirle hacer Su obra en nuestras vidas. Aun cuando en ocasiones puede ser incómodo o hasta doloroso.


Ore esta semana:

Señor, sé que Tu Palabra es preciosa. Por el poder de Tu Espíritu Santo, ayúdame a amar Tu Palabra y pasar tiempo en ella regularmente, de forma que Tú puedas hacer Tu obra en mi corazón, y glorificarte en mi vida.


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