Una manera en que Dios no es como nosotros es que Él no está limitado por el tiempo. No es fácil para nosotros poder imaginar esto, pero Dios explica claramente en Isaías 57:15 que Él "habita en la eternidad". Nosotros somos seres creados viviendo en el tiempo, y limitados por el tiempo. Y es por esto que experimentamos el tiempo de forma muy diferente a Dios. Él nos dice en Isaías 48:12, "Yo soy el primero, y yo soy el último." Mientras esperamos el Año Nuevo, ¡cuán maravilloso es saber que Dios ya está ahí! ¿Cómo podemos relacionarnos con alguien que dice "que era y que ha de venir"? (Apocalipsis 1:8) Lo que experimentamos en nuestra vida tiene mucho que ver con inicios y con finales. ¿Dónde está Dios durante todos esos tiempos?

Él Es.

A nosotros nos gusta celebrar el Año Nuevo, los aniversarios, los nuevos comienzos, los recuerdos de amistades y familia, al igual que estar en la presencia de un ser amado. Y todo esto lo hacemos en nuestro tiempo presente, nuestro tiempo de existencia. Pero, ¿experimenta Dios el tiempo en la misma manera en que nosotros lo hacemos? ¿Le gusta a Dios, mirar hacia atrás y recordar también? ¿Nos anima Dios a tomar un nuevo comienzo? Dios hace todo eso y más, porque Él no está limitado por el tiempo como nosotros lo estamos. Él vive fuera de nuestro tiempo, pero a la vez, está con nosotros, en nuestro tiempo, en la forma del Espíritu Santo. En Juan 8:58 Jesús les dijo "En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy." ¿Qué significa esto? Esto significa que Jesús está en el presente con Abraham, de la misma manera en que está presente ahora con usted y conmigo. La fidelidad de Dios trasciende a través de todos los tiempos. Él Es.

Él Fue.

Dios les dijo a los Israelitas que miraran al pasado y vieran como Él había obrado en sus vidas, para que recordaran como Él les salvó de la esclavitud. Deuteronomio 5:15 nos dice "Recuerda que tú también fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por esa razón, el Señor tu Dios te ordenó descansar el séptimo día." Debemos recordar también que la fidelidad de Dios significa que Él ha provisto una manera para salvar a cada persona en el mundo, a través de Su hijo, Jesucristo. En el momento preciso (Gálatas 4:4), Jesús vino al mundo para ofrecerse a Sí mismo como el sacrificio perfecto por todos los pecados de todo el mundo. Hebreos 10:14 nos dice, "porque por medio de una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que han sido consagrados a Dios." Él fue nuestra ofrenda por nuestros pecados. Él soportó el sufrimiento que el pecado causa, y triunfó sobre el poder rampante del pecado al resucitar de entre los muertos. Él Fue.

Él Estará.

Para todos los que creemos, Dios siempre estará con nosotros en cada paso que damos desde el momento en que aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador. Él está accesible, disponible, escuchando, cuidándonos, y totalmente presente. Él así lo prometió.

En Génesis 28:15, Él le recuerda a Su pueblo sobre las promesas de Su pacto, "Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido." Además, Él nos promete a través de Jesús que Él siempre estará con nosotros. "Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios." (Romanos 8:39) Él Estará.