La Fidelidad de Dios es Grande
La fidelidad de Dios produce en nosotros confianza.
“Mi corazón está confiado en ti, oh Dios; ¡con razón puedo cantar tus alabanzas con toda el alma!” Salmo 108:1
La fidelidad se define como: “constancia; mantenerse fiel a la palabra o promesa.” Esto define a nuestro Dios. “El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro.” Salmo 18:2
Una Base Firme
“¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?” (Salmo 18:31) Dios no ha cambiado. En un mundo en donde todo cambia rápidamente y el cambio es constante, Dios es la roca sólida que no cambia y sobre la cual nos podemos estar de pie. La palabra de Dios es verdad y podemos contar con ella porque está basado en su carácter fiel. “La hierba se seca y las flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.” (Isaías 40:8). Dios no comete errores o cambia de parecer. Dios no se deja influenciar por la opinión pública. Dios es una base firme.
Un Amor Inagotable
“Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es.” (2 Timoteo 2:13) Por su fidelidad, el amor que Dios nos tiene es inagotable. “Tu amor inagotable, oh Señor, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las nubes.” (Salmos 36:5)
Un Ancla en la Tormenta
Las nubes van y vienen llevadas por el viento. Pero la Biblia dice que veamos más allá de las nubes y veamos cuán constantes son las estrellas, el sol y la luna. Sabemos que el sol saldrá por el este cada mañana y que se esconderá por el oeste todas las noches. De la misma forma podemos contar en que Dios se mantendrá fiel a Sus promesas. ¡Cuando las nubes que traen la tormenta se acumulan y nuestras dudas invaden nuestras mentes, debemos aferrarnos a la firme verdad que Dios es Fiel! Será un ancla que nos sostendrá firmes en las aguas tempestuosas de esta vida.
“Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros. Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma. Nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios." (Hebreos 6:18-19)
Ore esta semana:
Para que Dios abra sus ojos y pueda reconocer cuán fiel Él ha sido para con usted.