¿Desde temprana edad, qué fue lo que le enseñaron a “ser”? En muchas culturas, las niñas son enseñadas a que su apariencia sea atractiva para los hombres. En otras, es el hombre el que es enseñado a procurar tener una imagen de perfección para la mujer. Esto puede provocar que una niña o un niño, una mujer o un hombre, deje de enfocarse en Dios y se enfoque en tratar de ganar la atención del sexo opuesto mediante la apariencia, sus acciones e inclusive las relaciones sexuales.

La Presión Constante

¿Como mujer, fue enseñada que la meta de su vida es ganar la atención de un hombre para poder casarse algún día? ¿Como hombre, le enseñaron que la apariencia física era más importante que guardar su corazón para el matrimonio? Aunque Dios tiene un plan maravilloso para el matrimonio, es nuestro deber el “vivir de manera que le agrade a Dios” (1 Tesalonicenses 4:1), y no a los hombres ni a las mujeres. Somos presionados en todas direcciones, a vernos, actuar y vivir como personas “admiradas” en nuestra cultura: obsesionadas por los zapatos, la ropa, la joyería o los estilos de peinados, o haciendo que nuestra cara o nuestro cuerpo se vea de cierta manera, o teniendo un novio/a o esposo/a.

Recuerde, “los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu.” (Romanos 8:5). Permita que el Espíritu Santo de Dios le transforme en la persona que Él quiere que sea, en vez de la persona que el mundo dice que usted debe ser.

El Crecimiento de Las Obsesiones

Las obsesiones acerca de su apariencia pueden hacerle daño a su relación con Dios y hacer que usted busque las cosas terrenales. Usted podría usar su apariencia o cuerpo para ganar el control sobre las personas que se sienten atraídas hacia usted. Por ejemplo, algunas personas quieren o necesitan dinero. Como resultado, estas personas usan su apariencia para atraer a alguien que tiene mucho dinero en vez de confiar en Dios para proveer lo que necesita. Cuando se trata de obtener poder sobre otros usando la atracción sexual, usted empieza a enfocarse en el sexo en vez de en el Señor. Pero Jesús le enseñó a sus seguidores: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” (Mateo 6:33). En vez de ser tentado a depender de su propio aspecto o cuerpo para conseguir lo que usted quiere o necesita de los demás, confíe en el poder infinito de Dios.

Viviendo en Santidad

Su familia, sus amigos y aún otros cristianos tal vez no reconozcan esta tentación. Algunas personas pretenden amar a una persona atractiva para que ellas tengan relaciones sexuales con ellos y visceversa. Pero recuerde que “La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual.” (1 Tesalonicenses 4:3). Cuando usted se encuentre tentado a obtener aprobación terrenal de otras personas, o usar el sexo y las cosas materiales para atraer al sexo opuesto, recuerde las instrucciones de la Biblia “Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.” (Colosenses 3:2).