Devocional Semanal

Las Bienaventuranzas: Cómo tener una vida bendecida por Dios

La Vida Radicalmente Dependiente de Jesús se Reprodujo en Sus Seguidores

Las Bienaventuranzas: Cómo tener una vida bendecida por Dios
on 25/04/2017

“Los alumnos deben parecerse a su maestro, y los esclavos deben parecerse a su amo.”

Mateo 10:25

Como seguidores de Jesús, tenemos que saber lo que Él enseñó para poder conocerle y seguirle. El Sermón del Monte de Jesús, que se encuentra en el libro de Mateo (capítulos 5-7), es un buen comienzo. Un erudito religioso dijo una vez que nada “...nos exhorta más a ser quien debemos ser, y a vivir como debemos vivir que este Sermón del Monte; ser como Cristo en contraste total a todo aquel que no pertenece a Cristo”.

¿Quiere usted que su vida sobresalga por encima del resto del mundo? Permita que las enseñanzas de Cristo sean su guía.

“Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece”. (Mateo 5:3)

Esto significa que llegamos a entender que nada tenemos para ofrecer a Dios. Jesús inició Su ministerio público con el mandato “arrepiéntanse” (Mateo 4:17), y el depender solo de Jesús está incluido en esta idea. Este sentido de pobreza espiritual forma el núcleo de todas las bendiciones.

“Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.” (Mateo 5:4)

Otro de los evangelios aclara: “Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran, porque a su debido tiempo reirán”. (Lucas 6:21) Puede sonar como una contradicción, pero no lo es.Un día, ¡todos los reinos del mundo estarán sometidos a la autoridad personal de Jesús! La injusticia desaparecerá. Las lágrimas serán borradas. Pero solo aquellos que se afligen por la condición actual de las cosas serán consolados.

“Dios bendice a los que son humildes, porque heredarán toda la tierra.” (Mateo 5:5)

En Filipenses 2:5-11, Jesús es elogiado por Su profunda humildad y obediencia al plan de Su Padre. Aquellos que se humillan a sí mismos siguiendo Su ejemplo serán exaltados como Él fue exaltado. (Lucas 14:11)

“Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.” (Mateo 5:6)

Jesús sirvió a Dios y a los demás antes que a Sus propias necesidades, dando un ejemplo a Sus seguidores. (Juan 4:34)

“Dios bendice a los compasivos, porque serán tratados con compasión”. (Mateo 5:7)

Entender realmente el perdón, nos ayuda a perdonar a otros. Aquellos que no desean perdonar demuestran que ellos todavía no han sido perdonados. (Mateo 18:21-35)

“Dios bendice a los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios.” (Mateo 5:8)

Jesús perdona a aquellos que confían en Él. Cuando confesamos, Él quita nuestro pecado, haciéndonos aptos para Él. (1 Juan 1:9)

“Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios”. (Mateo 5:9)

“Príncipe de Paz” (Isaías 9:6) es uno de los títulos de Jesús. Para ser llamados Sus hijos, tenemos que ser pacificadores.

“Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece”. (Mateo 5:10)

Jesús continúa personalizando esta bendición para aquellos que le escuchaban: “Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores. ¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que a los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera”. (Mateo 5:11-12)

Cuando los seguidores de Jesús fueron perseguidos, “salieron del Concilio Supremo con alegría, porque Dios los había considerado dignos de sufrir deshonra por el nombre de Jesús”. (Hechos 5:41) Tal como Él lo había predicho, ellos fueron odiados y maltratados así como Él lo había sido. (Juan 15:18-22; Mateo 10:18-25)

Si alguien viviera consistentemente este tipo de vida, debería ser bendecido por todos, ¿verdad? ¿Quién trataría mal a una persona humilde, abnegada, de corazón puro, que perdona a los demás y está deseosa de agradar a Dios?

Sabemos que el mismo Jesús fue todas estas cosas. Él fue golpeado, coronado con espinas, y clavado en una cruz hasta morir, mientras un ladrón fue liberado. Así que, como Jesús, podemos esperar maltrato. Y como Sus discípulos, podemos considerar el maltrato del mundo hacia nosotros como el sello de aprobación de Dios sobre nuestras vidas cuando vivimos de este modo. La “felicidad” de las Bienaventuranzas no proviene de la voluble aprobación de este mundo. Es una bendición eterna: La aprobación de Dios sobre nuestra sumisión a Su plan para nuestras vidas.


Ore esta semana:

Padre, veo a través de estas enseñanzas que los seguidores de Jesús no deben tener confianza en el mundo ni su aprobación. Veo el ejemplo de Jesús a través de todas estas bendiciones, y sé que solo Él puede transformarme a Su imagen. Obra en mí para que anhele esta transformación más que cualquier otra cosa en el mundo. Amén.


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