El verano pasado, los dos árboles de pera en mi patio dieron muchas peras deliciosas. ¿Tuvieron esas ramas que agotarse y afanarse para producir esas peras? ¡No! El único requisito para la rama dar fruto fue que se mantuviera conectada al árbol.

Recientemente, una tormenta de granizo arrancó una pequeña rama de uno de los árboles. Esa rama, tirada en el suelo, tristemente nunca volverá a producir más fruto.

Así que el secreto para dar fruto, como dijo Jesús en Juan 15, es permanecer en Jesús -esto es, mantenerse conectado con Él. Desafortunadamente, eso no es tan fácil como suena. ¿Cómo podemos mantenernos conectados a Jesús todos los días y vivir una vida devota a Dios de manera práctica? Veamos aquí algunas formas:

Comprométase Diariamente a Jesús

En Romanos 12:1, Pablo dice: “amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo”. Nuestra tendencia humana, es a vivir para nosotros mismos y buscar nuestra propia felicidad. En respuesta a esto, una muy buena práctica es, comenzar su día ofreciéndose a sí mismo a Dios.

Usted podría orar de esta manera: “Padre, gracias por ser Tu hijo y Tu siervo. Hoy ofrezco todo mi ser a Ti, para amarte, servirte y obedecerte. Úsame como sea Tu voluntad, para Tu gloria”.

Hable con Jesús

Pablo dice en 1 Tesalonicenses 5:17: “Nunca dejen de orar”. Usted ya ha comenzado su día con Dios, pero no permita que su tiempo con Él termine ahí. Hable con Él a través del día. Dígale a Jesús que usted le ama y agradézcale por Sus bendiciones, aún por las que usted considera triviales. Pídale sabiduría (Santiago 1:5).

Steve Douglass de Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo nos dice: “Cuando su mente vague, que vague hacia Dios. Que su primera parada sea Dios”. Mediante la práctica y la repetición, podemos realmente adiestrar nuestras mentes para ir a Dios, lo cual nos ayuda a vivir una vida santa.

Escuche a Jesús

En Juan 15, Jesús continuó diciendo: “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!” (Juan 15:7). Dios puede hablarnos en nuestros corazones a través de Su Espíritu Santo. Pero Él ya ha hablado a través de Su Palabra, la Biblia. Las palabras de Jesús “permanecen en nosotros” significa que regularmente estamos leyendo y escuchando Sus palabras.

No solo lea la Biblia. Tome tiempo para leer, luego pause y pídale a Dios que le dé Su conocimiento. No solo a su mente, sino a su corazón.

También, haga el esfuerzo de memorizar porciones de la Biblia -- al menos un párrafo o un capítulo, para que usted tenga la palabra de Dios en contexto. Luego usted puede repasar a través del día, los que están en su mente. Y Dios puede -- y lo hará -- hablar con usted en esa forma también. Eso es lo que el salmista quiere decir cuando dice: “He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.” (Salmo 119:11).

Después de 40 años de conocer a Jesús, puedo decirle que no existe forma mejor, más feliz de vivir cada día, que comprometiéndome a Él, hablando con Él y escuchándole a Él. Oro para que usted tenga este mismo gozo y que por Su gracia y por el poder del Espíritu Santo, usted de fruto y viva una vida santa, para la gloria de Dios.