No se Olvide de Perdonar
Cuando alguien nos lastima, es difícil querer perdonarlos.
“Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.”
¿Qué es verdaderamente el perdón? Algunos lo describen como ceder el derecho de venganza o la obligación de “ajustar cuentas.” Tal vez haya escuchado la frase “perdona y olvida.” Pienso que el perdón de Dios es así, ya que Él dijo acerca de sí mismo, “Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos.” (Isaías 43:25).
Perdonar Para Ser Perdonado
Cuando alguien nos lastima, es tan difícil querer perdonarles... A veces me enojo tanto que ni siquiera puedo pensar, mucho menos orar. Pero después de un rato, recuerdo las instrucciones de Jesús: “Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.” (Mateo 6:14-15) En otras palabras, el aferrarnos a nuestra falta de perdón afecta nuestra intimidad con Dios.
Perdone a Otros
El apóstol Pablo instruyó, “Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.” (Efesios 4:32) No importa lo que alguien le haya hecho – o cuantas veces le hayan ofendido – Jesús dijo que como quiera debemos perdonarles, de acuerdo a la Parábola del Siervo Despiadado en Mateo 18. Este no es un mandamiento para permanecer en una relación no saludable o donde exista abuso físico o emocional. Pero “el amor cubre gran cantidad de pecados” (1 Pedro 4:8), y con el perdón, el amor de Dios puede redimir a cualquier persona y relación.
Dios le Perdona
Después que Dios nos ha ayudado a perdonar a otros y reparar relaciones, acudimos a Él en arrepentimiento por nuestros propios pecados. Sabemos que “si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9) El Rey David escribió acerca del gozo y el consuelo que podemos experimentar cuando el Señor nos perdona: “¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado!” (Salmos 32:1)
Ore esta semana:
Pídale a Dios que a través del Espíritu Santo, no tan solo le ayude a perdonar a sus enemigos, sino también a pedirle a Dios que les bendiga.