¿Cómo está su salud? ¿Sabe usted que Dios le ama y puede trabajar en su vida aún mientras usted está sufriendo físicamente?

Lo Que Usted Tal Vez Ha Escuchado

Muchos cristianos han escuchado que las enfermedades son causadas por sus pecados o la falta de fe. Bajo la Ley del Antiguo Testamento, Dios le prometió al pueblo de Israel: “Si prestas atención a estas ordenanzas y las obedeces con fidelidad, ...el Señor te protegerá de cualquier enfermedad” (Deuteronomio 7:12,15). Pero “si te niegas a escuchar al Señor tu Dios,...caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán (Deuteronomio 28:15), incluyendo el ser afligidos “con enfermedades” (Deuteronomio 28:21). ¿Cree usted que eso aún aplica al día de hoy?

Estar Enfermo No Es Evidencia de Que Está Siendo Castigado

En muchos lugares, la Palabra de Dios le da esperanza a aquellos sufriendo de alguna enfermedad. En Juan 9:1-3, Jesús mismo explica que la debilidad de un hombre, no es un castigo: “Mientras caminaba, Jesús vió a un hombre que era ciego de nacimiento. Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos—. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres? —No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó Jesús—. Nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.”

Dios Utiliza Nuestras Dificultades Para Su Gloria

El Apóstol Pablo escribió la mayor parte del Nuevo Testamento. Muy pocos cristianos han sido usados para la gloria de Dios tanto como Dios usó a Pablo. No obstante, Dios permitió que Pablo sufriera, que tuviera “una espina en su carne” la cual repetidamente “le suplicó a Dios le quitara”(2 Corintios 12:7-8). El Señor no respondió la oración de Pablo con un “sí”. Por el contrario, Dios utilizó este sufrimiento para Su gloria, para el bien de Pablo, y para la edificación de la Iglesia.

Usted puede descubrir que la voluntad de Dios es que soporte una enfermedad. Mas sin embargo, la voluntad de Dios no es que usted lo acepte pasivamente, sino que ore pidiéndole ser sanado, e inclusive reclute a otros para que oren con usted. (Santiago 5:13-15) Pero aún en medio de la enfermedad y el sufrimiento, debemos continuar buscando al Señor, porque “sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos” (Romanos 8:28). Dios puede usar cualquier situación, cualquier prueba, cualquier sufrimiento, para su bien y para Su gloria.