Como cristianos, nosotros queremos que los miembros de nuestra familia conozcan el amor y el perdón de Dios. Especialmente queremos que ellos vayan al Cielo. A veces, los miembros de nuestra familia rechazan a Jesús. Si usted vive en un lugar donde hay muy pocos cristianos, en ocasiones, se burlarán y le insultarán por ser un seguidor de Jesús. ¿Qué debe hacer cuándo su familia rechaza a Jesús?

Presente sus necesidades a Dios

Piense en su padre terrenal. ¿Lo describiría como bondadoso o malo? ¿Consolador o totalmente ausente? Cualquiera que haya sido su experiencia con su padre terrenal, entienda que nuestro Padre Celestial es muy diferente. Dios siempre está presente, y es mucho más grande, bondadoso y generoso que cualquier padre en la tierra. Dios quiere que le presentemos nuestras necesidades porque Él nos ama. Si su familia rechaza a Jesús, ore a Dios sobre esto.

Use Su Arma Secreta: La Oración

Nosotros sabemos que debemos orar a Dios por los miembros de nuestra familia que rechazan a Jesús, ¿pero cómo lo hacemos? El apóstol Pablo escribió: “En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos.” (1 Timoteo 2:1) Ore por todos los miembros de su familia, ¡incluso por aquellos que usted todavía no conoce! 1 Tesalonicenses 5:17 dice: “Orad sin cesar.” Nosotros nunca debemos dejar de orar por los miembros de nuestra familia que rechazan a Jesús.

Recuerde, Jesús “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. (Lucas 19:10) ¡Ore con confianza! La razón por la cuál Jesús vino a la tierra fue para salvarnos. ¡Esto me incluye a mí, a usted y a toda su familia! Persevere en su oración. Aún cuando la situación no ha cambiado todavía, continúe orando. Recuerde siempre continuar “dando gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” (Efesios 5:20)

Confíe en la Voluntad de Dios

Cuando oramos, no sólo estamos pidiendo por cosas sino que estamos alineando nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Por eso la primera frase del Padre Nuestro es “Hágase tu voluntad.” Nuestro Padre Celestial sabe qué darnos y cuándo darnos algo. Nuestra parte es ser persistentes en pedir por la salvación de nuestros seres amados, y esperar pacientemente y buscar Su voluntad.