La Muerte es Algo Seguro.

Rico o pobre, a pesar de todos nuestros esfuerzos, todo el mundo va a morir tarde o temprano. Hay muchas opiniones sobre lo que sucede cuando morimos. Pero, ¿qué dice Dios sobre la muerte?

Dos Tipos de Vida Eterna

La Biblia, la Palabra de Dios, nos dice que el alma de cada persona es eterna. La cita bíblica de hoy en Hebreos nos dice que después de la muerte viene el juicio. Esto nos lleva a uno de dos destinos: el Cielo o el infierno.

Sabemos que los cristianos, aquellos que han recibido el regalo gratuito de Dios de salvación y perdón, pasarán la eternidad en el Cielo. Allí tendrán una comunión amorosa con Dios y Su pueblo. Tristemente, aquellos que rechazan a Jesucristo no irán al Cielo. La Biblia enseña que su destino es el infierno. Allí, el sufrimiento, la desesperación y el remordimiento son eternos. En el infierno, la ausencia de la presencia de Dios trae una profunda tristeza. El Cielo es el mejor lugar posible para pasar la eternidad y el infierno es el peor. La diferencia entre estos dos destinos es significativa.

La Decisión es Suya

Asistir a una iglesia no le asegura el Cielo. Tampoco el vivir una vida buena, o haciendo buenas obras. Romanos 3:23 dice: “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.” Más adelante en Romanos encontramos que “la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23).

Primeramente, debemos admitir que somos pecadores y estamos separados de Dios. Luego, debemos apartarnos de nuestros pecados, volvernos a Jesús y pedirle perdón a Dios. Al creer que Jesucristo sufrió el castigo que nosotros merecíamos, aceptamos y recibimos por fe, la salvación, el regalo de la gracia de Dios. “Pero a todos los que creyeron en él (Jesús) y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. (Juan 1:12)

No se Demore

No importa cuál sea su edad, no hay garantía que estará vivo mañana. En Lucas 12:16-21, Jesús relató la historia del hombre rico que confiaba en sus riquezas. “Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?” (Lucas 16:20)

Le ruego: No espere otro día más para aceptar la salvación de Jesús. Averigüe cómo puede recibir a Cristo hoy mismo.