Devocional Semanal

Ser un Embajador de Dios

El mundo no es nuestro hogar; ¡tenemos un hogar eterno en el cielo!

on 07/08/2018

Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad donde los envié al destierro. Pidan al Señor por la ciudad, porque del bienestar de la ciudad dependerá el bienestar de ustedes.

Jeremías 29:7

A menudo, mi suegra le dice a mi hija de 5 años, “lo hiciste bien”. Aún a su edad, mi hija está aprendiendo el valor de hacer el bien a otros, a veces lejos de casa.

Bendiga a Otros

Debió haber sido difícil para el pueblo de Dios “hacer el bien” cuando Jeremías le instruyó a orar por el bienestar de las ciudades donde estaban viviendo. Los años de exilio degradante desde su tierra natal a Babilonia les trajo frustración y confusión. Sin embargo, aún en los tiempos difíciles, Dios nos instruye a bendecir “... a quienes los persiguen. No los maldigan sino pídanle a Dios en oración que los bendiga. ” (Romanos 12:14)

En el Exilio

¿Sabía usted que como cristiano, usted está en exilio? El mundo no es nuestro hogar; ¡tenemos uno eterno en el cielo! El apóstol Pedro escribió a sus amigos, “Queridos amigos, ya que son ‘extranjeros y residentes temporales’, les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios” (1 Pedro 2:11-12). Así que cuando nosotros, los cristianos “hacemos el bien”, nuestro comportamiento es un testimonio a la bondad de Dios. ¡Estamos predicando con nuestras acciones!

Un Enviado de Dios

Hacer el bien no siempre es fácil. Aún Jesús sufrió persecución; y ¡Él es el Embajador más importante de Dios! Jesús nos dice, “Si el mundo los odia, recuerden que a mí me odió primero. Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo.” (Juan 15:18-19) Debemos seguir compartiendo las Buenas Nuevas, con palabras y acciones. Como dijo el Apóstol Pablo, “Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros.  Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: ‘¡Vuelvan a Dios!’” (2 Corintios 5:19-20)

Usted es Su Mensajero

¡Usted es un mensajero o representante autorizado de Jesucristo! Su misión es el mensaje de reconciliación. Usted ya ha comenzado a cumplir esta responsabilidad al orar por los demás, en todas partes, todos los días.

Ser un embajador muchas veces está asociado con un país, un lugar. Le animamos a ampliar el enfoque de sus oraciones para incluir todos los lugares u organizaciones donde usted puede ir durante la semana: su trabajo, donde hace ejercicio o hace compras, su escuela o universidad o la escuela de sus hijos, la oficina del médico, etc.

Estamos emocionados con usted por poder orar por tantas personas todos los días. Usted puede expandir sus oraciones más allá de orar por paz y bendición. Usted puede estar orando por los siguientes aspectos de sus vidas: sus cuerpos (salud, protección y fortaleza), sus trabajos (carrera, salario, seguridad), sus emociones (gozo, paz, esperanza, amor), sus relaciones sociales (matrimonio, familiares, amigos, vecinos, colegas) y su estado espiritual (salvación, fe, gracia, misericordia, crecimiento espiritual, perdón de los pecados). Lea Nehemías 1:6-9.

¿Qué otras áreas puede usted pensar por las cuales usted puede estar orando por las vidas de estas personas?


Ore esta semana:

Pídale a Dios que sus acciones sean un testimonio a la bondad de Él.


¿En qué manera usted ha sido el embajador de Cristo en el pasado? ¿Le gustaría ser un embajador de Jesucristo?

Haga clic AQUÍ para hablar con alguien al respecto.

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