Tres Preguntas Necesarias Para Fortalecer su Matrimonio
Todo comienza con vivir la vida en el poder del Espíritu Santo.
“Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” (Gálatas 5:16)
¿Cómo puede fortalecer y construir un matrimonio que glorifica a Dios? Las preguntas de esta semana le servirán de guía para fortalecer su matrimonio. Y, tal y como lo indica la cita bíblica de hoy, todo comienza con vivir la vida en el poder del Espíritu Santo.
1. ¿Estamos Siendo Honestos el Uno con el Otro?
Somos llamados a “hablar la verdad en amor” y a crecer en “todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo” (Efesios 4:15). Un matrimonio saludable se basa en la confianza mutua. Acciones deshonestas, tales como guardar secretos, decir la verdad a medias u ocultar información acerca de las finanzas o relaciones, pueden herir a su cónyuge.
Si usted está preocupado o herido debido a falta de honestidad en su matrimonio, siga el ejemplo de Jesús y hable la verdad en amor con su cónyuge. Jesús usaba las Escrituras frecuentemente para hablar la verdad a otros. Use las Escrituras para recordarle a su cónyuge el pacto que ambos hicieron ante Dios y señale las expectativas que Dios tiene para cada cónyuge. Al hacer esto, usted no está dirigiéndose a su cónyuge basado en sus sentimientos acusándole, sino que estará confrontándole con la Palabra de Dios.
2. ¿Estamos Perdonándonos el Uno al Otro?
En todas las relaciones cercanas, las personas se ofenden la una a la otra. Pero, la Biblia nos dice que seamos “comprensivos con las faltas de los demás y perdonemos a todos los que nos ofendan.” (Colosenses 3:13).
En matrimonios fuertes y sólidos, el perdón debe pedirse y otorgarse libremente. No deberíamos guardar rencor porque esto levanta rápidamente una pared emocional entre usted y su cónyuge y, peor aún, invita a Satanás a entrar a su matrimonio (Efesios 4:27).
3. ¿Estamos Defendiéndonos el Uno al Otro?
Hablar mal de su cónyuge con otros puede herir emocionalmente a su cónyuge y tener un impacto negativo en la relación de ellos con su cónyuge. Propóngase la meta de nunca insultar, corregir o humillar a su cónyuge delante de otros. Esta es una violación directa a los mandamientos de amarse y respetarse los unos a los otros.
Si usted debe corregir a su cónyuge, espere hasta que pueda hacerlo cuando estén a solas. En Mateo 18:15, Jesús dice: “Si un creyente peca contra ti, háblale en privado y hazle ver su falta.” Ponga esto en práctica en su matrimonio. Su esposo o su esposa deberían de tener la seguridad de que usted es considerado con sus sentimientos.
Ore esta semana:
Agradecer a Dios por bendecirnos con Su guía a través de Su Palabra, la Biblia